Las relaciones amorosas de nuestro tiempo están marcadas por una concepción de responsabilidad nula, se vive lo inmediato, se enamora de lo superfluo y se teme constantemente al compromiso; el amor está marcado por el erotismo, en palabras de nuestro tiempo por la sexualidad, muchas personas se enamoran únicamente de los cuerpos, se enamoran de lo que más rápido se vence y por ello ese tipo de enamoramiento se representa con lo pasajero; va tan rápido como el viento y nada queda después, queda la persona consigo misma a la expectativa de encontrar un nuevo “amor”, una alegría temporal que llene sus instantes. Pero estas relaciones están llenas de miedo, de un temor implacable que acaba con toda posibilidad de una transfiguración hacia una relación estable, es por ello que en cada una de esas relaciones inmediatas no se sabe realmente qué es lo que se siente y al finalizar cada una de ellas sólo queda la sensación de que nada ha pasado, se recuerdan los buenos momentos con una memoria d...
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