Chao pequeñita
Hoy es un día de mucha tristeza para mí. Lulú, una peludita que vi crecer y que me dio muchas alegría murió hoy. Muchas personas se preguntan por qué la muerte de una animalito puede afectar tanto a una personas. Ellos no lo entienden, pues no han tenido la felicidad de tener el mejor amigo y compañero que la vida puede darte. Ese animalito que a veces vemos con indiferencia es el ser con la capacidad de amarnos incondicionalmente, es aquel que nunca nos engaña, que nunca nos juzga, que siempre y honestamente se pone feliz de vernos o espera nuestro regreso con ansiedad. En mi vida he tenido muchos compañeros de esos, pues afortunadamente me enseñaron a cuidarlos, quererlos y respetarlos como seres que sienten y comparten nuestro paso por este mundo, llenándolo de ternura y lamiditas. Esa era Lulú, una pequeñita llena de ternura, alegría, una preciosa saltarina incansable. Ahora estará en el cielo, quienes van a merecerlo más que esos seres solo capaces de amar. Chao pequeñita, te vamo...